Un experimento con la Filarmónica de Viena revela escaso peligro de contagio de una orquesta

La Orquesta Filarmónica de Viena realizó bajo supervisión médica un experimento que asegura que una actuación de sus músicos apenas supone riesgo de contagio con coronavirus para el público.

El experimento trataba de estudiar la circulación del aire expirado por los músicos durante la actuación, especialmente los instrumentos de viento.

La conclusión fue que este aire expirado circula mucho menos y a menor distancia de lo que se pensaba, todo esto comprobado bajo supervisión médica y validado ante notario.

"Es casi imposible contagiarse en el púlpito (del director)", afirma Daniel Froschauer, violinista y jefe de la orquesta.

La prueba utilizaba unos dispositivos colocados en la nariz de los instrumentistas que emitían un aerosol que permitía visualizar en fotografías a contraluz el aire exhalado al mismo tiempo que interpretaban la pieza.

Para los instrumentos de cuerda, la nube de aerosol se mantenía estable y reducida, mientras que, en los de viento, esta se desplazaba más.

La excepción fue la flauta travesera, con la que se llegaba a observar un desplazamiento de la nube de aerosol de hasta 75 centímetros.

De este modo, se puede concluir que, en ningún caso, los músicos de una orquesta emiten su respiración a más distancia de un metro, casi descartando posibles infecciones.

En el caso de Austria, el gobierno anunció el pasado viernes las primeras medidas de alivio para el sector cultural a partir del 29 de mayo, no estando permitidas las actuaciones de orquestas completas. Se estudia, por ello, la posibilidad de realizar actuaciones con menor cantidad de músicos e, incluso, el uso de pantallas de plexiglás para proteger al público asistente, idea rechazada por la Filarmónica.

"Somos la Filarmónica de Viena y nos definimos a través de un rendimiento extraordinario, lo que es muy complicado de lograr si nos sientan en un camarote de plástico", dijo Froschauer.

Con los datos del citado experimento esperan conseguir que se pueda facilitar la vuelta a las actuaciones como se hacían antes de la crisis.

Respecto a esto, el gerente de la Orquesta, Michael Bladerer, rechazaba cualquier compromiso en ese ámbito y comparaba a los músicos con los futbolistas del Real Madrid.

"El Real Madrid tampoco dirá: prescindimos del contacto físico en el juego y mantendremos siempre la distancia. Si juegan, deben jugar como siempre", señaló.

"La necesidad de los músicos de volver a tocar es enorme", destacó Bladerer en Kurier. "Los filarmónicos existen desde hace 178 años y nunca tuvimos una pausa tan larga", recordó.

"Necesitamos tocar todo el tiempo. Si el receso se prolonga hasta septiembre, estamos hablando de medio año, y eso podría significar un grave descalabro artístico", advirtió.

Extraído de La Vanguardia.