9 secretos (y no tan secretos) de grandes compositores
- El 01/10/2018
- En Músico y mente
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1. Mozart y su nariz y sus manías
Que la nariz de Mozart era un tanto descomunal ya lo podemos ver en los retratos que hay de él. Él lo tenía muy asumido (olé su arte). Se cuenta que en una ocasión compuso una pieza para pianoforte y se la propuso a Haydn para que la tocara. En cierto punto, Haydn tenía los diez dedos ocupados, y debía tocar una nota más. No pudo, y entonces Mozart le ilustró cómo podía tocarla, metiendo todo el napioloen el teclado para terminar de interpretar la obra, provocando el alborozo, socarronería y algarabía de todos los asistentes (me apetecía soltar esos palabros).
Otra curiosidad de Mozart es que le teníamanía a la flauta y los sonidos estridentes en sí. Y sin embargo se marcó una opereta entera dedicada a la flauta, La Flauta Mágica (que a mí me encanta), y de la que seguro has oído hablar. Conocerás que dentro de La Flauta Mágica hay un aria muy famosa, el aria de La Reina de la Noche (2’50”) que sólo una soprano ligera puede cantar (una soprano ligera es una mujer soprano que puede cantar todavía en registros más agudos de lo habitual). Bien, pues se cuenta que este aria la escribió Mozart deliberadamente con esa complejidad para desafiar a una de las sopranos de la época, una diva que se quejaba de que no se escribían piezas lo suficientemente complejas para ella. Y entonces Mozart se sacó este aria de la manga. Querías caldo, pues toma dos tazas.
2. Schubert y la timidez
Según parece, Schubert era un tímido consumado, huraño con aquellos a los que conocía. Se dice que muchas veces, según terminaba de tocar el piano ante un pequeño auditorio, cogía y se piraba a la francesa para evitar tener que hablar con nadie.
3. Chopin y las fobias
Al parecer, el más grande de los compositores para piano (en mi opinión), tenía fobia a los teatros y a los auditorios grandes. Si tenía que tocar en uno, le entraba ansiedad, sentía que se asfixiaba, así que los evitaba.
4. Stravinsky y la hipocondria
Uno de los compositores más recientes (del siglo XX), era hipocondríaco hasta niveles exasperantes. Según parece, visitaba siempre a un médico en cada ciudad que pisaba. Y después de que en 1934 su hijo enfermara de apendicitis, se hizo extirpar el suyo propio (y el de sus otros dos hijos) para evitar que les ocurriera lo mismo.
5. Schumann, Brahms y “la chica”
Haz click en la imagen y escucharás “Chiarina”, una pieza que Schumann compuso para Clara Wieck (1’25”)
Entre estos dos míticos del piano del siglo XIX, “la chica” en cuestión no era otra que Clara Wieck, otra pianista más, una de las mejores del siglo XIX en Alemania. Como si fuera la precuela de la historia de George Harrison y Eric Clapton con Pattie Boyd, entre Robert Schumman, Johannes Brahms y Clara Wieck hubo también ahí un triángulo amoroso digno de mención. Robert y Clara ya estaban casados cuando apareció Johannes, amigo cercano de Schumann, y se enamoró perdidamente de ella. Y ella también se enamoró de él, pero sacaba 14 años a Brahms y siguió casada con Robert toda la vida.
6. Tchaikovsky y la intolerancia
Aunque algunas hipótesis dicen que el compositor de El Lago de los Cisnes murió de cólera, otras dicen que Tchaikovsky se suicidó con arsénico, probablemente por la incomprensión a su homosexualidad, un secreto que trató de mantener escondido toda su vida. Inclusó se llegó a casar dos veces para disuadir sospechas y tuvo una hija con su primera mujer.
7. Verdi y el rechazo
¿Sabías que el archiconocido compositor de óperas italiano quiso entrar en el conservatorio de música de Milán y fue rechazado? Bien, adivina cómo se llama hoy el conservatorio de música de Milán. Conservatorio di Musica Statale Giuseppe Verdi. Donde dije digo, digo Diego.
8. Bach y la ignorancia
Haz click en la imagen para escuchar el 1er Movimiento del 3º Concierto de Brandemburgo de Bach (5’36”)
La ignorancia que rodeó en ocasiones a Bach y a su talento a lo largo de su vida fue proverbial. Por ejemplo, los seis conciertos de Brandemburgo los compuso para el marqués de la misma ciudad, Christian Ludwig. Según parece, los recibió y los guardó en un cajón polvoriento y no fueron descubiertos hasta años después. El muy idiota nunca supo lo que se perdió. Allá él, nosotros hoy sí podemos.
9. Rossini y los canelones
Sí, has leído bien. Esta es probablemente la curiosidad que más me gusta de todos los compositores. El compositor italiano Gioachino Rossini era además conocido por sus habilidades culinarias. Los canelones a la Rossini vienen a ser los canelones tal y como los conocemos hoy en día, y es una receta que perfeccionó Rossini, compositor principalmente de óperas cómicas y de esta obertura archiconocida de Guillermo Tell (3’25”). Cuánto le deben las marcas de platos precocinados.
¿Conoces algún secreto más que se me haya escapado? Siéntete libre de contarlo en comentarios!
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